Celebración de la disciplina

El autor nos comparte las disciplinas espirituales que el mundo moderno guardó y olvidó, alentándonos a celebrarlas porque ellas son los instrumentos de gozo y el camino hacia una madurez espiritual y una vida abundante. A través de muchos ejemplos veremos cómo estas disciplinas pueden ser parte de nuestras actividades diarias y traer la «abundancia de Dios a nuestra vida». Al dividir las disciplinas en tres moveres del espíritu, Foster muestra cómo cada uno de ellos contribuye a una vida espiritual equilibrada. Las disciplinas internas de meditación, oración, ayuno y estudio ofrecen vías para el examen y cambio personal. Las disciplinas externas de sencillez, retiro, sumisión y servicio nos preparan para ayudar a hacer del mundo un lugar mejor. Las disciplinas colectivas de la confesión, adoración, búsqueda de asesoramiento y celebración nos acercan más los unos a los otros, y a Dios.